13 julio 2012

Entre Líneas

En el día de ayer, la señora Presidente realizó un discurso sobre temas generales, mientras inauguraba una planta de producción de maquinaria agrícola. Me gustaría analizar un par de las frases que se enunciaron, de forma de entender un poco mejor el verdadero sentido del "modelo" actual. Como referencia tomamos el reporte de los hechos realizado por Página/12 (link al artículo original), y lo registrado por la web de Presidencia de la Nación (link).



La primer frase hace referencia a la voluntad del pueblo soberano de la Presidente en resolver problemas:
«... sostuvo que la Nación "seguirá ayudando a todas y cada una de las provincias porque pocas veces ha habido un proyecto tan federal" como el iniciado por el expresidente Néstor Kirchner.»
Consciente o inconscientemente, se presenta al Gobierno Nacional como si en Argentina imperara un sistema monárquico absolutista. Técnicamente, "la nación" (tomándolo como sinónimo del Poder Ejecutivo Nacional) no ayuda a nadie por propia voluntad, simplemente se dedica a aplicar los fondos recaudados, a los destinos que el pueblo le haya indicado (a través de sus representantes).
Sin embargo, tranquilamente podríamos deducir que la Presidente cree ser un monarca omnipotente, que decide por propia voluntad cuando donar de sus bastas arcas, las monedas de oro que tanto necesitan sus súbditos leales.
La decisión sobre qué hacer con lo recaudado, siempre debe recaer en los legisladores electos para tal fin, nunca en los deseos ocasionales de un gobernante.

Otro momento interesante del discurso fue el siguiente:
«... enfatizó y al recordar que Néstor Kirchner "siempre decía que no hay manera de sobrevivir si uno no administra ni gestiona"»
Últimamente, los discursos presidenciales no olvidan en dejar bien en claro lo eficientes y capaces que son, los integrantes del Gobierno Nacional, en la administración de los recursos que poseen. Personalmente, me desagrada que se omita constantemente que el actual gobierno sea el primero, de los que tuvimos durante los últimos 21 años, en tener liberadas para su uso a discreción, tanto las reservas del Banco Central, como la capacidad de imprenta de la Casa de Moneda. También podríamos agregar que tenemos un Congreso Nacional totalmente desatendido de las cuestiones referentes al dinero recaudado, y una interminable serie de organismos públicos (supuestamente descentralizados y autónomos), cuya principal función es drenar recursos para satisfacer las necesidades presidenciales de financiamiento.
Como supuestamente sólo se administra lo que es escaso, me parece bastante inconsistente que alguien que tiene fuentes virtualmente inagotables de dinero, exclame que una de las mejores cualidades que posee, es la de justamente ser un buen administrador. Hay alguna definición que se nos pasó de largo, ¿no?

Estos son simplemente dos ejemplos, de los mucho que se encuentran a diario, de las inconsistencias que se suelen encontrar en los discursos oficiales. Por si mismas no nos dicen mucho, pero pensándolas dos veces, tal vez, podamos entrever cual es realmente el "modelo" que actualmente se está ejecutando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario